Por: Juan CamiloPara empezar, tengo que confesar que soy soltero, tengo 44 años y no tengo hijos. Hago este prólogo personal para dar contexto del por qué terminé un domingo en una rumba de solos y solas en una finca al occidente de Antioquia.En mi búsqueda de conocer personas y ampliar el círculo, especialmente de mujeres, he intentado a través de varias aplicaciones de citas (sobre las cuales tengo sentimientos de amor y desamor y de las que no daré, por ahora, muchos detalles) encontrar a alguien que detenga mi exploración y así de nuevo y ¿por qué no? ¡Volver a comenzar una relación!Tal vez por esa búsqueda en portales y por ese algoritmo oscuro que hace que lo que buscamos en la web sea más visible ante nosotros, recibí “de la nada" una llamativa publicidad en Instagram sobre un encuentro de solos y solas en una finca de Antioquia, a las afueras de Medellín.Tengo que admitir que la publicidad llamó notablemente mi atención, las imágenes, muy sugestivas, contaban de una rumba con DJ, fiesta de espuma, actividades de integración en la piscina, alimentación tipo buffet y traslado desde Medellín. Al parecer, como decimos los paisas: "¡todo pintaba bien!"Mi mayor preocupación, y creo que la de cualquier interesado en una fiesta de esta categoría, es saber cómo controlar equitativamente entre hombres y mujeres la cifra de personas que asistirían al día de sol. Por esa razón, me contacté con el número en la publicación donde muy amablemente me aclararon todas las dudas. Lo primero que me informaron es que el encuentro no era de tipo sexual, es decir, no se permitía nada relacionado con la cultura swinger: "Es un encuentro para conocer personas, no para tener sexo", me insistieron.Me informaron que a la fecha (8 días antes del encuentro), ya habían inscritas más de 20 personas, de las cuales el 70% eran del género femenino. No puedo negar que esto aumentó mi interés, por lo cual decidí cancelar la tarifa más costosa, la cual incluía media botella de licor nacional. El valor que pagué por el paquete completo fue de $220.000 pesos o $56 dólares.PREVIOSDespués de pagar me ingresaron a un grupo de WhatsApp con los asistentes. En este grupo solo podían realizar comentarios los administradores. Me tomé la tarea de averiguar, y los organizadores son una agencia de turismo con algunos años de vigencia en el mercado de viajes en Medellín y sus alrededores. TENGO MIEDOEra domingo y la integración tenía 3 puntos de encuentro: Estación Metro Poblado, estación Metro Estadio y Terminal del Norte. No puedo negar que me sentía ansioso y pensativo. Llegué 20 minutos antes de la hora señalada, tal vez buscando analizar poco a poco el escenario y sus invitados. Pocos minutos después, empezaron a llegar personas solas y un par de grupos de 2 y 3 personas que se acompañaban, respectivamente. No pensé que los que llegaron en grupo iban para la fiesta de solos y solas.Los pocos que habían llegado empezaron a recibir llamadas en sus celulares y se fueron perdiendo del panorama. Sonó mi celular y era el guía indicándome que ya estaban en el lugar esperando a que llegara. Ubiqué el bus e ingresé, evidenciando con sorpresa que los que anteriormente había visto afuera, estaban en el bus y eran ahora parte de mi nuevo grupo de integración adulta.Ingresé al vehículo, el cual estaba muy oscuro, por lo cual no pude detallar muchos rostros. El bus estaba casi lleno, saludé y me respondieron al unísono, caminé por el pasillo y me ubiqué casi al final de los asientos.SIN VUELTA ATRÁSYa me había montado en esta aventura y lo único que se me ocurrió fue revisar cabezas y hacer un conteo mental de cuántas mujeres y cuántos hombres íbamos en esta ruta del sol. Con sorpresa, la cifra de mujeres superó las 25, siendo sólo 5 hombres los que acompañaríamos este ramillete de solteras. Por fin llegó la última persona y el bus arrancó sin que hasta ese momento nos dieran algún tipo de bienvenida.Nos detuvimos en uno de los paraderos ubicados en la vía hacia Santa Fe de Antioquia, nos indicaron que teníamos 30 minutos para desayunar. Cuando descendimos, todos estábamos con los radares prendidos, identificando y haciendo un escáner físico de los acompañantes. ¡O por lo menos eso hice yo!En ese momento, confieso que tomé una foto del grupo sin que se dieran cuenta y se la envié a mi grupo de amigos en WhatsApp. Ellos sabían de mi paseo y estaban a la expectativa de lo que les fuera narrando. Después de ver la imagen, uno de ellos dijo: "Vos tenés pinta de fiesta en Cartagena y ellos como de paseo de olla en el río".Compré mi desayuno y me senté en una mesa vacía, minutos después una mujer se acercó y me preguntó si podía sentarse junto a mí, a lo cual asentí. La mujer tenía unos 45 años, era profesional, madre, abuela y me contó que asistía a este encuentro por la falta de amigos solteros con quien salir e interactuar. No habíamos terminado el desayuno y ya estábamos unas 8 personas compartiendo nuestras profesiones, edad y justificando el gasto de más de doscientos mil pesos para conocer nuevas personas.En general, son casi todos mayores de 40 años, con profesiones y oficios diversos: amas de casa, asistentes contables y ejecutivos, abogadas, confeccionistas y algunas profesionales de la nueva denominada Belleza Integral.Subimos al bus y continuamos el recorrido… en ese punto del camino ya el ambiente era distinto, se veían algunas latas de cerveza, nos identificábamos con nombre propio y se hacían bromas sobre la diferencia entre la cantidad de hombres vs. mujeres: "¡bienaventurados entre las mujeres!" gritó una mujer de unos 55 años de edad, de quien solo se veía una pava en su cabeza asomándose en la parte delantera del bus.SOL-TEROSDespués de una hora de recorrido, llegamos a la finca ubicada en Sopetrán, un pueblo caluroso y cerca del río Magdalena. El lugar tenía una piscina grande compuesta de cascadas y cavernas con jacuzzis. Dos edificios con cabañas, zona de juegos, salón de reuniones, un gran jardín abierto y un lote verde con árboles frutales. Debo reconocer que las instalaciones cumplieron con creces las expectativas de la publicidad.Un DJ cargado con micrófono, consola y un amplificador con volumen de fiesta, empezaba a amenizar el encuentro con ritmos tropicales. Junto a él, había una mesa con una estación de café permanente, algunos pasabocas sencillos y té helado durante todo el encuentro. Ya reunidos alrededor del animador, se nos indicó que debíamos cambiarnos a ropa de piscina y con eso dar comienzo a este festival de verano.Aquí ya todo comienza a ponerse más interesante, ligeros de ropa y con un intenso olor a protector solar, comenzamos a hacer una especie de presentación sencilla en la que se incluía la edad, profesión y barrio de procedencia. Terminada la integración de conocimiento, el DJ subió el volumen a la música y comenzó la "Viejoteca".Dentro del grupo habían unas 8 mujeres mayores a los 60 años; la mayoría iban solas, aunque también se notaban varios grupos de 2 y 3 personas que se conocían entre sí y habían ido juntas.¡QUE COMIENCE LA FIESTA!El baile continuaba y los escasos cinco hombres no dábamos abasto para las más de 25 mujeres ávidas y ansiosas de parranda y quienes ya empezaban a hacer la famosa "vaca" para comprar aguardiente y cerveza. Las copas empezaron a rotar, la música empezó a acelerar la emoción al ritmo de vallenatos, merengue, salsa brava y sensuales bachatas que algunas veteranas lanzadas se atrevieron a bailar.No me considero un experto en baile, pero debo reconocer que para este tipo de encuentro es indispensable tener un ritmo básico, dejar la pena a un lado y lanzarse a disfrutar y dejarse llevar por el sabor y la cadencia. Además, tal y como me enseñó mi madre, "no hay mejor momento para conocer a alguien que bailando".Es cierto que uno de los fetiches o deseos más comunes en los hombres es estar con varias mujeres, pero haciendo la cuenta entre los asistentes, me daba un resultado de 5.5 mujeres por cada hombre... el sólo cálculo mental intimida. Estoy seguro de que este cálculo no sólo lo hicimos los hombres, sino especialmente ellas, quienes de una u otra manera podrían entrar en una competencia y rivalidad no tan sana cuando se trata de conquista.Me dediqué a bailar con todas y no dejar a ninguna sin probar los pasos de este "saoco" ambulante. Lo había logrado con casi todas cuando noté un grupo de tres interesantes mujeres que no se despegaban entre sí, casi no bailaban, eran discretas y se veían educadas, y tenían un rango de edad de 38 a 45 años. Ahora que lo pienso bien, creo que eran las únicas que no estaban tomando licor fuerte. Una era administradora, otra enfermera y la que más me gustó trabajaba como contable en una empresa de cosméticos de Medellín. La verdad es que fueron muy cortantes, no abrían el diálogo y se mostraban distantes con los extraños (es decir, con todos). Bailé con cada una de ellas y decidí no volverles a hablar, dejándolas aparte por el resto del paseo. No suelo ser mala clase, pero a estas alturas si no eres sociable en un encuentro de solos y solas, creo que perdiste la inversión.HABEAS DATA¿Recuerdan el grupo de WhatsApp que habían creado para información general del paseo? pues fue abierto a todos y ya todos teníamos acceso a números telefónicos personales. Todos empezaron a enviar fotos del paseo al grupo y cada uno empezó a guardar los números e identificarlos por su nombre, el ambiente cambió gracias a la mezcla de baile, júbilo, calor y licor. Creo que lo mejor de todo fue la sensación de fiesta sin interés de conquista. Sin pensarlo, todos estábamos inmersos en una fiesta colectiva en la que el protagonista fue el baile y no el interés por hacer "match".Después del almuerzo se realizaron varias actividades en la piscina, el clima estaba en su máxima temperatura y la tarde iba contando que, hasta el momento, lo prometido se cumplía y el respeto y las buenas intenciones siempre fueron los protagonistas.La noche llegó y con ella la popular "hora loca" con luces de colores y espuma. Debo confesar que siempre he criticado esta lista de reproducción inventada por alguien y que nunca falta en cualquier celebración y que incluye canciones como el "Aserejé", "el Baile del Gorila" y "Me vale" de Maná, entre otras... siendo esta, la pieza máxima de locura colectiva alrededor de una canción que habla de la rebeldía y el ser tú mismo. En este punto de la fiesta decidí ser observador.BARBIEEn este punto, casi todos se veían muy alicorados, no se evidenciaban parejas definidas, por eso decidí en ese momento acercarme a una mujer que desde la mañana había llamado mi atención. Confieso me gustan las mujeres con volumen, de talla grande, pero no por eso dejo de reconocer la belleza general de las mujeres. Ella, de unos 45 años de edad, tenía una figura envidiable, cuerpo con cintura de guitarra, senos voluminosos y provocadores, cabello rubio liso hasta la media espalda, pestañas largas y labios con algún tipo de líquido aumentador. Personalmente me encantan las mujeres bajitas y esta tenía un promedio de unos 155 centímetros, así que ya entrado en gastos me lancé al ruedo.Me atrevo a decir que en algún momento todos hemos pensado en una mujer así: bonita, independiente, madura y con cuerpo de revista. Se llama Yaneth, es de Medellín, se nota su carácter definido y tiene una hija mayor con la que también yo saldría. Bailamos algunas piezas seguidas y logramos definir prontamente un nuevo encuentro en la ciudad.¿SALIDA O LLEGADA?Emprendimos el regreso a Medellín, debo reconocer que estaba un poco pasado de tragos y todo el viaje me la pasé durmiendo al igual que la mayoría de los asistentes cuarentones. Me quedé en el sitio de recogida, la noche estaba muy lluviosa, me despedí, bajé del bus y tomé un taxi con rumbo a mi apartamento.Al día siguiente vi las fotos del grupo y me di cuenta de que casi la mitad de mis nuevos amigos solteros, habían decidido terminar de rematar en una discoteca de la zona rosa de la ciudad. Terminó el día de solos y solas. Si la intención era conocer personas y crear una nueva lista de amigos solteros, el objetivo se logró. El evento me gustó, pero sugiero no ir con muchas expectativas en cuanto a prototipos de belleza. Siento que la experiencia está encaminada a romper el hielo con personas dentro de un rango de edad similar y con la intención de conocer otras almas que de alguna manera tienen también una intención. Hice nuevos amigos y tengo un par de nuevos contactos que me interesan y con los cuales espero tener más seguimiento y empatía.